Un sedán con un corazón deportivo
En 1997, se revelaron las intenciones de la compañía: crear un sedán que combinara la excelencia en el estilo y un comportamiento dinámico impecable, con un perfecto equilibrio entre rendimiento y conducción. Una fórmula de producto 100% Alfa Romeo. El objetivo era muy ambicioso y el resultado fue uno de los mejores coches de tracción delantera de la historia.
El diseño de una obra maestra
El estilo del 156 era una mezcla extraordinaria de fuerza, innovación y sofisticación. El escudo frontal lo dominaba todo y proyectaba sus líneas sobre el capó. Vistos desde el frente, los guardabarros parecían "sujetos a las ruedas" enrasados con la carrocería, irradiando fuerza y agarre a la carretera. La relación entre las superficies de vidrio y metal se asemejaba más a la de un coupé que a la de un sedán. Las manillas de las puertas traseras desaparecieron y se integraron casi de forma invisible con los marcos de las ventanas, y los flancos limpios resaltaban el perfil elegante y dinámico del coche.
Deportividad avanzada
El 156 era un coche asombroso también desde el punto de vista técnico. Se había pedido a los diseñadores que desarrollaran el concepto de "deportividad avanzada" combinando potencia, ligereza y control. Esta siempre ha sido la fórmula que mejor expresa la conducción de un Alfa Romeo. El 156 convenció a todo el mundo: era el sedán más emocionante de conducir de toda su generación. La versión deportiva obtuvo gran relevancia: en 10 años de campeonatos de Gran Turismo ganó 13 títulos.
Nacimiento del "common rail"
Según la lógica del mercado europeo de la época, la gasolina era el combustible predominante, pero estas reglas estaban a punto de cambiar. Y fue Alfa Romeo quien inició la revolución: el 156 fue el primer coche del mundo en incluir el sistema "common rail". Los periodistas que probaron las versiones 1.9 y 2.4 JTD en Lisboa quedaron sorprendidos: por primera vez, los motores diésel ofrecían un rendimiento similar a los de gasolina, silenciosos y cómodos.
"Coche del año"
El 156 se ganó el corazón del público y la crítica, y en 1998 obtuvo por primera vez el premio internacional "Coche del Año" para Alfa Romeo.