Probamos el Mazda CX-3, un SUV con pocos "peros"

Hace años un coche así no hubiese triunfado nunca salvo entre aquellos que necesitasen un coche para el campo y entonces tendría como mínimo tracción 4x4. Pero las cosas han cambiado y ahora no sólo tiene sentido sino que, además, resulta una opción realmente interesante aún sin la tracción 4x4. En el caso de este CX-3 está disponible con el motor diésel de 105 caballos o el gasolina de 150CV.

Aquí hemos probado el Mazda CX-3 de gasolina y 120 caballos con tracción delantera y en el acabado Luxury.

Mazda CX-3

El Mazda CX-3 es algo más amplio que el modelo con el que comparte plataforma, el Mazda2, pero es mucho más cómodo entre otras cosas importantes por un acceso más fácil y sencillo gracias a su altura al suelo. Pero es que una vez dentro el diseño de sus asientos y su posición está tan logrado que nunca tendremos la sensación de ir en un SUV con las piernas plegadas. Es una postura que se asemeja muchísimo a un coche más bajo y por tanto más cómodo.

Casi un coupé

Siguiendo las últimas tendencias de diseño, pero siendo muy parecido a su hermano mayor el Mazda CX-5 que ya tiene unos años, éste pequeño Mazda resulta muy atractivo con una línea casi de coupé aunque no esconda los tiradores de las puertas traseras.

Casi un coupé de cinco puertas

En cuanto al interior el Mazda CX-3 es todo un acierto salvo por el espacio en la zona trasera que no puede alojar con comodidad a cinco pasajeros y si son muy altos pueden llegar a tocar en el techo con la cabeza «aunque muy pocos coches incluso más grandes pueden».

Una vez a los mandos y como hemos comentado la postura es realmente cómoda y tanto la visión hacia delante como hacia con un buen cristal trasero son buenas. Y en este caso por la forma de este cristal incluso el limpiaparabrisas trasero hace un muy buen barrido dejando una superficie muy amplia para ver.

El salpicadero del Mazda CX-3 resulta elegante y está muy bien acabado

El salpicadero es limpio y lleva los botones justos para manejar la climatización y el volumen del equipo de música mientras que el resto de funciones se manejan desde el volante o el mando giratorio entre los asientos. Todo él rezuma buenos ajustes y la calidad percibida es muy alta, parece un coche de un nivel superior.

La unidad que hemos probado tenía los asientos de cuero con pespuntes en rojo y algunos detalles también rojos que resultan muy agradables y elegantes. También llevaba asientos calefactados que sorprenden por lo rápido en que cogen buena temperatura.

120 caballos muy bien llevados

Además, del satisfactorio resultado exterior e interior, el Mazda CX-3 de 120 caballos de gasolina acierta de lleno con un motor excelente que mueve el coche sin aparente esfuerzo y con muy pocos ruidos tanto de motor como aerodinámicos. Es un coche realmente silencioso y muy cómodo de conducir.

El cambio manual de seis velocidades las engrana con suma sencillez y tiene par suficiente para no tener que ir cambiando constantemente. Y los consumos aún a un ritmo muy alegre no suben en los kilómetros que le hemos hecho, básicamente por los alrededores de la ciudad, más allá de los 6,5 litros. Una muy buena cifra a la que contribuye sin duda el magnífico motor de 2 litros con la conocida tecnología SKYACTIVE de Mazda.

No hemos probado la unidad con el cambio automático pero si va bien es desde luego una opción a tener muy en cuenta porque redondearía un conjunto casi perfecto.

Fuente: ABC.

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